Aquí estamos compartiendo mesa con unos extranjeros, en una tienda de aprovisionamiento cerca del Golf de Canyamel, saboreando las viandas que nos había ofrecido el Merca.
Bicing de chancletas por las kilométricas calas del este de la isla, a toda la linea costera le corresponde otra linea paralela interior de interminables terrazas de bares y restaurantes.
Mediodía , hemos llegado a Portocristo, como se ve, hacemos el alto del día para comer, y que no falte el bañito para refrescarnos del Sr. Lorenzo.
Salimos de Portocristo, las pulsaciones por los suelos, no puede ser de otra manera despues del reláx matinero y el siestorro que nos hemos pegado, nada parece que nos pueda estropear el dia, pero cuando se anda en bicicleta haciendo ruta nunca se sabe que sorpresa te depara el tramo siguiente.
Abandonamos Portocristo pasando muy cerca de les Coves del Drac, que lástima no poder visitarlas, a esta hora de la tarde , 15,30h, estaríamos la mar de fresquitos, sin embargo lo nuestro es avanzar y así lo hacemos, la ruta nos desvía hacia el interior, a ciegas la seguimos y vamos tirando sin grandes complicaciones, el sol pega fuerte pero se aguanta bien, hay zonas por las que pasamos que son sombreadas y se agradece, en algún paraje nos encontramos con una cantidad respetable de burros, ellos a la sombra y cerquita del agua, nosotros directos a una subida de 2 kilómetros, casi no pasaban las alforjas y EMPEDRADA, a ver quien es el burro. La subida se hace dura, no hay una maldita sombra, calor, estrechez, matorrales, piedras, equilibrio, una combinación que te hace gastar más energías de la cuenta, al final no toca más remedio que poner pie a tierra, y llegar a la cima a patita, el Lorenzo se está pasando, parecía suficiente el pigmento oscuro de nuestra piel para que no fuese necesario usar protección solar, error, los brazos se me están abrasando y al llegar arriba nos enganchamos a la minúscula sombra de una pared de piedra para hacer un poco de tiempo, son las cinco de la tarde, tal vez si dejamos pasar media hora, ya el sol no abrasará tanto, según nuestros cálculos vendría toda la bajada hasta que llegáramos otra vez a la costa, y cala, sobre cala parecía que no íbamos mal de tiempo para llegar a nuestro destino.
Pero lo dicho, un día en bicicleta por parajes desconocidos y haciendo caso de las indicaciones de un gps de una ruta grabada tambien por un desconocido, dan para muchas sorpresas. Nos las prometiamos muy felices cuando el camino se nos acabó al llegar a la Cala Magraner, de bruces con el agua de la playa el gps nos indica que estamos en el punto correcto, y que según él hay que subir una pared de 10 metros en vertical, no puede ser, no se ve paso de ningún tipo ni fácil, ni díficil. Acabábamos de entrar en un bucle de ida y vuelta intentando buscar la salida de aquel agujero, cuanto más buscábamos la solución, más grande se hacía nuestro error, kilómetros de un ir y venir a ninguna parte, sin entender como era posible que el gps nos estuviera dejando tirados, el tiempo pasaba y la sensación de inutilidad e impotencia aumentaba, no supimos salir de allí por nuestros medios, no quedó más remedio que seguir a unos ingleses que se marchaban andando de la cala, para ver que camino seguían, llevaban un carrito con un niño pequeño, por lo que que dedujimos que por algún camino transitable habrian llegado a la cala, después de ver como pasaban el carrito por los cortados por los que habíamos pasado nosotros con la bici, comprendimos que deshacíamos el camino hecho antes de llegar a Cala Magraner. Fue la manera de salir de allí, volver a la carretera, y seguirla hasta que llegáramos a nuestro destino para pasar la noche.
En toda salida de bicicleta hay un punto de bajón psicológico, me había llegado, había que hacer los kilómetros de la basura hasta llegar a Porto Colom, la sensación de fracaso se apoderó de mi mente, y no se arregló ni con un par de cervezas, ni con una pizza medio decente, ni con un alojamiento en una pista deportiva para pasar la noche que no estaba del todo mal.
Dias más tarde vista en el wikiloc la imagen del sátelite, no parecía tan dificil la salida, pero no supimos encontrarla, lo apuntaremos en nuestro pendiente por si tenemos oportunidad de volver a la isla.
tramuntel
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